Washington, 11 sep (PL) Varios asesores intentaron en vano convencer al presidente estadounidense, Donald Trump, de que los dejara revisar sus mensajes antes de publicarlos en Twitter, según un nuevo libro sobre el gobernante que salió hoy a la venta.
Miedo: Trump en la Casa Blanca, la obra del conocido periodista Bob Woodward que medios norteamericanos de prensa comenzaron a citar desde la semana pasada, indica que los principales colaboradores del mandatario trataron sin resultados de comprobar la exactitud, ortografía y tono de los tuits.
Woodward, uno de los reporteros que informó sobre el escándalo Watergate, el cual condujo a la renuncia del presidente Richard Nixon (1969-1974), indica en el texto que los asistentes de Trump, liderados por la exdirectora de comunicaciones Hope Hicks, se alarmaron por un comentario de junio de 2017.
En ese tuit el jefe de Estado atacó la apariencia e inteligencia de Mika Brzezinski, coanfitriona del programa de entrevistas políticas Morning Joe de la cadena televisiva MSNBC.
Trump dijo entonces que la presentadora, a la que se refirió como «la loca Mika«, tenía un bajo coeficiente intelectual y que había sangrado por un estiramiento facial durante una fiesta de año nuevo.
Imagen de Trump
El diario USA Today recordó que ese mensaje del gobernante reavivó la controversia sobre el tratamiento de Trump a las mujeres, lo que provocó que las senadoras republicanas Lisa Murkowski, de Alaska, y Susan Collins, de Maine, le pidieran a Trump que se detuviera.
De acuerdo con el recuento de Woodward, Hicks le dijo entonces al presidente que mensajes de ese tipo no eran útiles políticamente. «No puedes ser solo un cañón suelto en Twitter. Estas cosas te están matando. Te estás disparando en el pie. Estás cometiendo grandes errores», le habría expresado al mandatario.
Woodward señaló en su libro que tanto Hicks como el exsecretario de personal Rob Porter, el exconsejero económico Gary Cohn y el director de medios sociales, Dan Scavino, le manifestaron a Trump que querían crear un comité para revisar sus tuits.
Según los informes, el jefe de la Casa Blanca respondió varias veces que creía que tenían razón, pero terminó ignorando las ediciones propuestas por sus asesores e «hizo lo que quería», apuntó el autor del escandaloso volumen, que describe una administración en caos.
El tema de los tuits es solo uno de los asuntos abordados en el libro de 448 páginas, el cual también habla de asesores experimentados que conspiran para arrancar papeles oficiales del escritorio del presidente con el fin de evitar que él los vea o los firme.
Tanto Trump como varias de las personas mencionadas en el libro, incluido Cohn, criticaron su contenido y dijeron que son invenciones, pero Woodward se mantiene firme en su reporte de los hechos.
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